¿Puede un río sobrevivir al cemento y la urbe?
- Jorge Luis Carrión Y Loni Hensler
- hace 4 días
- 3 Min. de lectura
Recorriendo las calles de Xalapa para reconocer los ríos que resisten y sobreviven al “desarrollo”.
El pasado 7 de noviembre, previo a la función de FICCTerra organizada por la comunidad de Guardianes del Río Carneros y la colectiva Agua pasa por mi casa, participamos en el 21° Recorrido por cuerpos de agua de Xalapa. La cita fue frente a Casa del Lago; ahí nos fuimos juntando cerca del manantial que aún brota a un costado de los lagos, al que llaman “El Chorrito”.
Para empezar la jornada, las compañeras Patricia Estrada, Laura Aguirre, Tania Ochoa, Ingrid Jardines, Federico Márquez, Paz Plaza, Diana Guzmán nos pidieron que cerráramos los ojos y, a manera de meditación, nos guiaron para conectar con las aguas y los ríos que surcan el territorio y nuestros cuerpos. Luego, a diversos grupos nos entregaron unas pinturas elaboradas con tierras de diversas zonas y en hojas de haya escribimos palabras. En tanto, íbamos comentando: "¿Por qué elegimos esa palabra?" y "¿Cómo habíamos resonado con la meditación?".
Ofrendamos esas palabras y flores al manantial, decoramos su de por sí bella fuente y nos dieron algunos materiales: una copia de un mapa antiguo de Xalapa, que muestra cómo corrían las aguas probablemente a principios del S. XIX, y otros materiales para ir tomando notas durante el recorrido.

De ahí fuimos a conocer otro de los manantiales que manan de la fuente de los lagos. Si uno pone atención, hay varios tubos que manan aguas que vienen de distintos manantiales.
El Tecuanapan es el tubo azul que nos comentaron que lleva unas semanas que no mana; surge de la esquina del viaducto, justo debajo del Parque Juárez, en Zaragoza, donde bajan las escaleras. De ahí, el agua corre en un tubo hasta manar en esa fuente, donde otros dos o tres tubos más traen aguas de otros manantiales.
También ahí hicimos una ofrenda, complementada con fotos, y así seguimos caminando por la calle Bocanegra, hacia el IMAC, donde se llevaría a cabo la función de FICCTerra. Con fotografías de diversos lugares, fuimos reconociendo dónde fluía el agua, y lxs compañeras de la colectiva nos comentaron sobre los nombres y lo que habían escuchado y visto en fotos; de cómo por el mercado de Los Sauces antes corría el Río Santiago. Otra compañera nos habló de los tragatormentas que puede ver por las calles de la ciudad.
En algún punto, Ingrid nos compartió una poesía “Testigo de Entierro” sobre otro río también enterrado.
I ¿A dónde te has ido? Las aves y los peces te persiguen, peregrinos. ¿Es un funesto presagio o solo sueño? ¿Acaso no escuchas el clamor de los condenados? Sus raíces se pudren bajo tierra
II Las hormigas me acosan. Mientras el sol es el único testigo
III Paso sobre la lápida del río Sin rezos, sin lamentos. Sin lugar para ofrendas de flores.
— Testigo de Entierro Ingrid Jardines
Llegamos al IMAC, donde hicimos una ofrenda de palabra y lo que cada quien quisiera para celebrar la vida de los ríos.
Luego empezó la función de cine comunitario donde vimos:
Cuando estabas aquí | MX | 2 min
Benzo | BRA | 15 min
Menoa | COL | 14 min
La Marca del Agua | MX| 13 min
Las flores del Xochipitzahua | MX| 6 min
Además, se proyectó un cortometraje “Murmullo de Río Carneros” producido por Diana en colaboración con vecinxs del Río Carneros. Después de lo cual se hizo un cine-encuentro con diálogo. Nos sentamos en círculo en el foro del cine, en donde Diana nos compartió sobre el proceso de elaboración del cortometraje y se realizaron algunas reflexiones por lxs vecinxs sobre los lugares bellos y surrealistas que ahora se encuentran contaminados.
Conectamos con el deseo colectivo de ver libre y limpio al río. En grupos pequeños, elaboramos una historia o un poema en hojas recortadas con la figura de una tortuga, un pez y un camarón, que eran los habitantes del río. Viajamos en el futuro para agradecer y alentar el esfuerzo y la perseverancia de ver un río limpio; en un poema le cantamos al río la tristeza que sentimos al verlo contaminado, y en un tejido de reflexiones realizamos propuestas para sumarnos a la regeneración del río Carneros. Cerramos la jornada sabiendo que hoy aportamos otra gotita para nutrir las acciones para el saneamiento de nuestro río.
Y sobre la pregunta que titula esta crónica ¿Puede un río sobrevivir al cemento y la urbe? se la dejamos abierta al lector ¿Qué opina?




























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